Estar en Acapulco nunca fue una idea en mi mente, sin embargo el estar aquí, fue una inteligente decisión, resulta que estamos con un paquete todo incluido, y aunque mis expectativas eran muy bajas, cada día se volvió una gran experiencia, desde nuestro acceso, la atención en la habitación, limpieza, servicio en restaurante, y bar, siempre con la mejor actitud del personal, la venta de productos típicos, a precios increíblemente accesibles, desde joyería hasta la típica taza o playera, en cuanto a las instalaciones, estamos hablando de un edificio que abrió sus puertas tengo entendido en 1985, lo cual, ni se percibe gracias al mantenimiento que le dan al inmueble, regaderas con monomando, cristal templado, lavamanos de cerámica contemporánea, mobiliario de Ratan, sombrillas de fibra de vidrio y de lona con pie metálico, muy modernas, los típicos camastros, en muy buenas condiciones, las albercas, excelentes, limpias, modernas, buena amplitud , barandales en balcones, terrazas y albercas de cristal templado con tubulares en aluminio, podrás observar, mármol en baños, escaleras, muros bajos en el zoclo de las columnas, acabados interiores en pasta decorativa, al igual que algunos detalles en cantera, iluminacion direccionada, de plafón, arañas y un imponente candelabro, en el vestíbulo de escaleras encontrarás unas majestuosas luminarias en onix, Arquitectura de hace 30 años que aun vive y transmite energía vital.Es de entenderse que si vienes en temporada alta, muchas cosas no te van a parecer, por lógica tendrás que compartir instalaciones con miles de personas, aquí y en cualquier hotel.
Si les recomiendo venir y pasar unos días, apoyemos a este increíble estado, las personas, son muy cálidas,atentas y carismaticas, seguramente encontrarás el descanso y la diversión que necesitas.
